Ana Casilda Santiago

Ana Casilda Santiago, nacida el 23 de enero de 1933 como Ana Casilda Minaya, nació en Amina, República Dominicana de sus padres, Manace Rodríguez y Luzlubina Minaya. Falleció pacíficamente en Lawrence, Massachusetts, EE. UU., en el hogar de ancianos Mary Immaculate, a la edad de 87 años el sábado 7 de noviembre de 2020 a las 6:00 a.m. Ana fue la madre de Margarita y Ricardo Santiago.

En República Dominicana, Ana fue a la escuela hasta quinto grado en la ciudad de Laguneta. Más tarde trabajó como niñera y cocinera. Ana trabajaba en la ciudad de Amina como cocinera de una familia que terminó siendo los padrinos de su esposo; Ana y José se conocieron a través de esta familia. En 1948, Ana se casó con José Santiago y estuvieron casados durante 70 años antes de la muerte de José.

Después de conocerse y enamorarse en Amina, se casaron. Luego, Ana comenzó a trabajar como ama de casa y tenía su propio negocio de venta de alimentos. Su matrimonio fue un ejemplo para todos los que los conocieron. Los miembros de la familia recuerdan que los dos siempre hablaban entre sí, todo el día en la casa, mientras comían y hasta que se quedaban dormidos. Fueron un gran ejemplo de amor, devoción y compañerismo. En los últimos días de José, Ana lo visitaba con frecuencia en el hogar de ancianos, vistiéndose con un bonito vestido y lápiz labial rojo. José bromeaba con las enfermeras diciendo que Ana era solo su hermana o su mamá.

Después de que su hijo Ricardo se convirtió en ciudadano estadounidense en 1999, Ana y José se mudaron a los Estados Unidos. En ese momento, Ana comenzó a trabajar como ama de llaves en el Holiday Inn en Salem, New Hampshire durante aproximadamente cinco años, donde fue galardonada como Empleada del Mes y Empleada del Año.

El 13 de julio de 2013, Ana se bautizó en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y dos años más tarde fue investida en el Templo de Boston Massachusetts. Ella era un miembro activo que asistía al Barrio de Lawrence. Los miembros de la Iglesia la recordarán como afectuosa, siempre hablando con todos, conociendo a todos, emocionados de ver a la gente, abrazándolos y saludándolos.

Ana era una luchadora, cariñosa, generosa, compasiva, cariñosa y de buen corazón. Le encantaba dar masaje a las cabezas de sus nietos. Le encantaba acoger y alimentar a las personas que amaba, insistiendo siempre en que las personas tuvieran un segundo o tercer plato de comida. Le encantaba especialmente alimentar a los misioneros en su casa. Ella era una madre amorosamente estricta. Le encantaba jugar dominó, bingo y juegos de cartas. Disfrutaba viendo béisbol en la televisión.

Su nieto Richie recuerda cómo a su abuela le encantaría cocinar y si no comía su comida, ella se enojaba. Se reía cuando Richie hacía videos divertidos de ella. También recuerda cómo ella dándole masajes en la cabeza y la espalda hasta que se quedaba dormido. Estaba muy atenta a sus nietos. También tiene un buen recuerdo de haberla llevado a viajar en autobús y metro por primera vez en Boston. Su nieto Eric tiene buenos recuerdos de ella dándoles dulces cuando eran pequeños, dándole masajes en la cabeza, siempre queriendo cocinar, y la recuerda como la “abuela genial” con la que todos querían estar. A su nieta Michelle le encantaba dar un toque en la cintura de su abuela para jugar con ella y le encantaba embromarse de su abuela por ser baja. Michelle también recuerda que su abuela siempre fue cariñosa y generosa en su manera de demostrarles que los amaba. También recuerda cuánto amaba su abuela a su abuelo y cómo su abuela siempre pensaba en él. Michelle dice que su abuela será recordada como la mejor cocinera del mundo.

En sus últimos días en el hogar de ancianos, el personal comentaba que Ana siempre los hacía reír y que había aceptado la voluntad de Dios para cualquiera que fuera su plan para ella. También siempre preguntaba cómo estaban sus nietos.

A Ana le sobreviven su hijo y nuera Ricardo y Victoria, cuatro hermanos, sus nietos Richie, Eric, Michelle, Guillermo, Evelyn, Egardo, sus bisnietos y tataranietos.

Será recordada con mucho cariño y como ejemplo para su familia.

ENGLISH Obituary

Ana Casilda Santiago, born on January 23, 1933 as Ana Casilda Minaya, was born in Amina, Dominican Republic to her parents, Manace Rodriguez and Luzlubina Minaya. She passed away peacefully in Lawrence, Massachusetts, USA at the Mary Immaculate nursing home, at the age of 87 on Saturday, November 7, 2020 at 6:00am. Ana was the mother of Margarita and Ricardo Santiago.

In the Dominican Republic, Ana went to school up to the fifth grade in the city of Laguneta. She later worked as a babysitter and a cook. Ana worked in the city of Amina as a cook for a family who ended up being her husband’s godparents; Ana and José met through this family. In 1948, Ana married José Santiago and were married for 70 years before José’s passing.

After meeting and dating in Amina, they got married. Ana then started worked as a homemaker and had her own business selling food. Their marriage was an example to all those around them. Family members remember that the two would always talk to one another – all day in the house, while eating, and until they fell asleep. They were a great example of love, devotion, and companionship. In José’s last days, Ana would often visit him at the nursing home – dressing up with a pretty dress and red lipstick. José would joke with the nurses saying that Ana was just his sister or mom.

After their son Ricardo became a US citizen in 1999, Ana and José moved to the United States. At this time, Ana started working as a housekeeper at the Holiday Inn in Salem, New Hampshire for about five years, where she was awarded Employee of the Month and Employee of the Year.

On July 13, 2013, Ana was baptized in The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints and two years later was endowed in the Boston Massachusetts Temple. She was an active member attending the Lawrence Ward. Church members will remember her as caring, always talking to everyone, getting to know everyone, being excited to see people, and hugging and greeting them.

Ana was a fighter, loving, giving, compassionate, caring, and soft-hearted. She loved rubbing the heads of her grandchildren. She loved to host and feed people she loved, always insisting on people having a second or third plate of food. She especially loved to feed the missionaries in her home. She was a lovingly strict mother. She loved to play dominoes, bingo, and card games. She enjoyed watching baseball on television.

Her grandson Richie remembers how his grandmother would love to cook and if you didn’t eat her food, she’d get upset. She would laugh when Richie would make funny videos of her. He also remembers how she would rub his head and back until he fell asleep. She was very attentive to her grandchildren. He also has a fond memory of taking her to ride the bus and subway for her first time in Boston. Her grandson Eric has fond memories of her giving them candy when they were little, giving him head rubs, her always wanting to cook, and remembers her as the “cool grandma” that everyone wanted to be around. Her granddaughter Michelle loved poking her grandmother on the side to play with her and loved teasing her grandmother for being short. Michelle also remembers her grandmother to always be loving and generous as her way to show them she loved them. She also remembers how much her grandmother loved her grandfather, and how her grandmother was always thinking of him. Michelle says that her grandmother will be remembered as the best cook in the world.

In her last days at the nursing home, the staff would comment that Ana always made them laugh and had accepted God’s will for whatever His plan was for her. She would also always ask how her grandchildren were doing.

Ana is survived by her son and daughter-in-law Ricardo and Victoria, four siblings, her grandchildren Richie, Eric, Michelle, Guillermo, Evelyn, Egardo, her great grandchildren, and great great grandchildren.

She will be remembered with lots of love and as an example to her family.